LA MASA MADRE
La masa madre data 2.000 años antes de Cristo, los egipcios (por error) descubrieron la masa madre, un tipo de fermento compuesto, generalmente, de agua y harina, el cual no requiere de levadura. Respetando el proceso de fermentación natural obtenemos un pan con características especiales como el aroma, sabor, miga y corteza.
Este tipo de pan aporta muchos beneficios como:
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Mejora la digestión. Este tipo de elaboración propicia que las bacterias en la levadura pre digieran el almidón de los granos.
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Contiene mucho ácido láctico. El pan con masa madre contiene lactobacilos, lo que facilita la digestión y la absorción de minerales como potasio, magnesio y zinc.
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Menos gluten. La fermentación prolongada hace que también se descomponga el gluten para convertirse en aminoácidos.
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Se conserva de manera natural. Los panes elaborados con masa madre duran más tiempo en buenas condiciones SIN USAR CONSERVADORES.
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Tiene un bajo índice glucémico. Durante el proceso de fermentación, se metaboliza gran parte de la glucosa de la harina.
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Contiene vitaminas y minerales. La masa madre alberga muchos nutrientes. Entre ellos se encuentran las vitaminas B1 a B6, B12, folato, tiamina, niacina, vitamina E, hierro, magnesio, calcio, fósforo, zinc y potasio. Además, también tiene un increíble balance de proteínas y ácidos grasos.
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Mucha fibra. La fermentación ayuda a que haya un alto contenido de fibra.